En ocasiones nos encontramos con personas que argumentan que les gusta el erotismo pero no la pornografía. Sin embargo, en los debates que se realizan para discutir esta cuestión y conseguir diferenciarlos, es muy difícil llegar a un consenso y a una conclusión inequívoca. Aunque a veces las apariencias engañan y, en algunos casos, existen bases para el consenso.
Interesados por este tema, en 1991, en el Instituto Espill (Barcelona) realizaron una investigación, que llevaba el título de este post y que presentaron en el Congreso Mundial de Sexología de Amsterdam. Con este trabajo quisimos constatar hasta que punto existían coincidencias en la valoración de textos en función del grado de pornografía.
Para diseñar el estudio se tomó en cuenta el trabajo de Eysenck «Usos y abusos de la pornografía». Alianza Editorial (1979). Según este autor, la consideración del nivel de pornografía de un material escrito, depende de una serie de elementos objetivos del texto: adjetivos, sustantivos, situación descrita, etc. Siguiendo los criterios de clasificación de Eysenck analizamos fragmentos de tres obras: Las experiencias de un joven Don Juan de Guillaume Apolliner (catalogado como nivel 1: Levemente pornográfico), Sexus de Henri Miller (nivel 2: Pornográfico no obsceno) y La historia de mi vida, anónimo (nivel 3: Pornográfico obsceno).
Estos textos fueron valorados por 216 estudiantes universitarios, 112 mujeres y 104 varones. Los resultados fueron rotundos; existía coincidencia entre la valoración de textos, según los criterios de Eysenck y la valoración que hicieron los estudiantes. Además, no se dieron diferencias entre la valoración de hombres y mujeres. Lo que apunta a que sí que existe un consenso en la consideración del grado valoración de la pornografía en textos escritos por este grupo de población y por los patrones señalados por este autor.
Ciertamente el consenso tiene mucho que ver con factores culturales. El grupo que nosotros analizamos era muy homogéneo y esto contribuyó a que su juicio sobre el grado de pornografía fuera parecido. Pero está claro que si ampliamos el círculo las diferencias aumentan. De hecho, las autoridades de distintos países no se ponen de acuerdo en la valoración de películas, que en algunos lugares son censuradas por ser consideradas pornográficas y catalogadas como ‘filme X’, mientras que en otros, las mismas películas, reciben la aprobación bajo la categoría de ‘erótica’.
Si replicáramos el estudio entre la gente que conoces, ¿crees que habría acuerdo en lo que consideran pornográfico? ¿A qué crees que se deba esta dificultad para decidir si una película es erótica o pornográfica? ¿Tienes clara esa diferencia? ¿En tu opinión, qué distingue el erotismo del porno? Según tus criterios ¿qué ejemplos podrías dar de películas de un tipo o de otro?