Ya me habían cobrado la habitación cuando tocaron a la puerta. Me supuse que era la chica, aunque nunca me avisaron de recepción, esto porque generalmente la gente del motel toca el tiembre, ella no.
Soy una persona difícil en gustos, no es que sea mala onda, pero muy pocas (2) de las chicas que he contratado me han llenado por completo el ojo, no quiere decir que las demás no sean hermosas, no son mi tipo, pero estoy seguro que a más de alguno le encantarán. La cosecha de mujeres nunca se acaba.
Bien, bien, ya a lo que iba. Fanny es bonita, a secas, no sería una chica que voltearía a ver en la calle, no es mucho de llamar la atención, venía de la escuela según me dijo. Carita redonda, facciones normales, buena bubi, bonita pompi.
Plática rompe hielo, los ex novios que ha tenido, su suerte en el amor, sus estudios, y el maldito calor que se hacía presente ahora como un aliado. “Me voy a quitar la ropa”, quedo en su blusita y ropa interior negra. Nos recostamos y la abrace de espaldas a mi. Entonces ocurrió la magia.
Emepece a masturbarla y ella comenzó a gemir fuerte, primero pensé que fingía, pero la lubricación en su vagina decía lo contrario y sus contracciones en el pubis repegando sus nalgas contra mi miembro debajo del bóxer, también. La tomé de una de sus bubis, mientras con la otra mano seguía. Sus pujidos aumentaban de intensidad y estaba bastante excitado.
Hice que se sentara en mi vientre y mientras nos besábamos, sujetaba su culo y la masturbaba, hasta que terminó y me abrazo. Fue el gran momento. Entonces ella decidió bajarse a mi pene, a punto de ponerlo en su boca le pedí que utilizáramos condón, nunca pensé que tendríamos que cambiarlo porque se le atoró en un bracket y se rompió.
Seguimos con las hostilidades y es una mujer que se entrega bien. Ella es chiquita y es súper agradable, relajada y nada complicada. Fue un buen encuentro, me tuve que retirar antes que terminara el tiempo, pero el saldo fue positivo.
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