Ser camaleónico tiene sus ventajas. Poder transformarte en un puberto de 15 años, un joven de 30, o un anciano de 65 a voluntad, no tiene precio. Sobre todo cuando tienes frente a ti un especimen de hembra humana con 18 años recién cumplidos. El morbo de realizar actos perversos con una nena que hasta hace pocos días podría costarte la carcel, es estimulante (aunque irrelevante para un demonio). Sin embargo, la vista de un ser de miles de años como yo no debe ser nada atractiva para esa jovencita (vamos, los tipos de 50 años son unos ancianos para ellas), así que tuve a bien presentarme ante ella como un joven de alrededor de 30 años, suficientemente grande como para dejarse guiar en la cama por la experiencia, pero a la vez suficientemente joven como para que aun se le antoje besarme y entregarse plenamente. 

 

La chica en cuestión me fue presentada por un diablo compañero de muchas correrías. Es una chica muy joven, de cara preciosa y cuerpo de super modelo, me advirtió. No bromeaba. Conoce mis gustos tan bien, que no dudé de su palabra, e hice bien, ya que ante mí vi venir una chica de 18 años dificilmente creibles (solo comprobables mediante verificación de su IFE), alta, delgada, pechos medianos pero en su cuerpo esbelto se veían generosos, trasero apretadito y paradito, y cara angelical. Afortunadamente tenía un lunar sobre su labio superior, si no, hubiese sido perfecta y la hubiera creido un ángel…seguramente mi instinto hubiera vencido y le hubiera presentado la espada en vez de el tolete.

A decir de ella, en ese momento no tenía mas que 6 relaciones en su vida (entre novios y servicios), ya que acaba de comenzar en el trabajo de los fluidos corporales convencida por su hermana (cuata), quien en sus propias palabras «desde siempre fue media puta», y ahora ella comenzaría a recorrer los mismos caminos de la perdición. Su inexperiencia fue palpable en todos sentidos, desde sus manos temblorosas hasta su cháchara incesante, en la cual soltaba santo y seña de su vida y datos personales, con tal de no dejar de hablar. Ya en la habitación, la penumbra obligada no evitó que se sonrojara y la mayor parte del tiempo se tapara los ojos, creyendo cual vil avestruz, que dejando de ver, sería vista. Esfuerzo harto inutil. Miles de años de experiencia ayudaron a calmarla poco a poco mientras la besaba suavemente por todo su cuerpo hasta relajarla y lograr arrancarle esos besos profundos y apasionados que solo surgen a la par de la ambrosía interpiernal, anticipando las embestidas. Hasta ahora, todo el encuentro era de ensueño, lo mejor del mundo, una preciosura recorrida por este viejo demonio…La niña temblaba bajo mis caricias y su cueva del placer manaba jugos a chorros…Que bueno que fue así, de otro modo, nunca hubiera podido penetrar esa caverna que ya me habían anticipado que era sumamente estrecha. Aqui comenzó la debacle…
Hija de su diabla madre…ni las mujeres que he desvirgado han estado tan estrechas! Lo se, lo se…en ese negocio es una característica practicamente inexistente, y por tanto, a casi todos les encanta…les hace sentir que están con alguien virginal. Pues si, en teoría les doy la razón…
…en la práctica…
Se pueden ir a jorobar a sus diablas progenitoras todos!! Ya los quiero ver, malditos, intentando meter una salchicha para asar en un hoyo del tamaño de un chícharo!! Ah, que chingon, ya entró, verdad? Y ahora? Como le hago para sentir rico con una vieja que me la aprieta tan fuerte que me da miedo que se me gangrene? O que en una de esas le estire para afuera y se me quede adentro de ella, desprendida? Puf…puf…puf…
A gruñidos, berridos, y majaderías en lenguas muertas, le acomodé sus 23 minutos y 3 posiciones reglamentarias hasta que finalmente, me vine. Ya chingué, de aqui pa’l real, es ganancia.
Mas plática incesante, y un segundo palo mas complicado que el primero. Si, ya se…si ya sabías, pa’ que le pegas al kaliman de nuevo, no? Pero este desdichado diablo no llena con uno, y ni modo de sentir que tiré el dinero, verdad? Pues ahi me tienes 20 minutos tratando de atascarle la salchicha a la morrita, que para evitar la «pena» seguía hablando. Al seguir hablando, no se cachondeaba…al no cachondearse, no se lubricaba…al no lubricarse, ahi tenían a su pobre demonio Asmodeus sudando como tamal en vaporera…chorros de azufre me caían por la espalda mientras resoplaba y bufaba…a ver mi niña, échese unas fanfarrias demoniacas a ver si se levanta el muerto…. aaarrrrrhhhgggg….LOS DIENTES NO SE USAN AHIIII, MERETRIZ!!!! Filius cannis….a ver, mejor acuéstate de nuevo, ora’ verás…tu cierra los ojos. Chingos de saliva, y vas pa’ dentro! Ahora si, concéntrate, no se te vaya a poner de moco de guajolote y vale vermox de nuez.
La verdad, para que me hago pendejo, el ver esa preciosidad de muchachita despatarrada recibiendo riel, es suficiente para mantener erecto a cualquiera….valió la pena la inversión, solo por las fotografías mentales que me traje de este viejo diablo encima de una chiquilla tan deliciosa. Pero la verdad, creo que no repetiría…Fue una experiencia que viajó, literalmente, de lo sublime a lo ridículo…
Asmodeus

 

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