Veía como miraban mis nalgas los chavos cada vez que llevaba a la escuela unos jeans ajustados, no podían apartar la mirada y casi se veía como su boca se hacía agua. De seguro me imaginaban contra la pared, con los jeans a la altura de los tobillos, apartando mi tanga con sus manos y demostrándome quien manda… (que rico verdad, cuando tienes sexo en esas situaciones extrañas y sin avisar… el miedo a que te cachen…)
En eso, en medio de tanta preocupación, me llegaron los exámenes, y con la cabeza más en cualquier otro lugar que en la escuela, mis notas bajaron mucho e incluso reprobé una. El profesor me llamó a su despacho para hablar conmigo. Me decía que mi actitud había cambiado, que andaba más distraída… y le comenté que tenía problemas de dinero… y que pues no me centraba.
Se incorporó de su asiento y caminó hacia mí, colocándose a mi lado sentado sobre el escritorio. No has pensado que puede haber muchas soluciones para una chica tan bonita como tu? Se incorporó y acercándose a mí colocándose detrás, comenzó a aproximarse cada vez más mientras su tono de voz se hacía más meloso… tal vez yo podría ayudarte, chiquita… quizá podríamos arreglar lo de esta nota… y si lo haces bien, puedo pasarte el dato de algunos otros profesores que también te ayudarán… y me agarró los pechos ni corto ni perezoso…, introduciendo sus manos bajo mi playera, buscando jugar con sus dedos en mis pezones… no lo negare… al contacto se me pusieron duros como pocas veces, quizá por lo extraño del momento… pero recubre la lucidez y… No quiero ni contarles la tremenda cachetada que se llevó aquel ***, es más, bien se merecería que publicara su nombre aquí y con letras mayúsculas, lástima que sea tan buena chica!!
No obstante, aquello me abrió los ojos ante una realidad completamente nueva, aquella noche en la casa pensé mucho y me di cuenta, de que realmente podía pagar mis estudios con mi cuerpo, al fin y al cabo, a nadie le amarga un dulce… Que es lo más malo que me podía pasar…?
Atrás quedaron aquellos tiempos de piernas cruzadas reservando la virginidad, ya había tenido algunas experiencias, incluso había interactuado con una amiga una tarde en casa algo pedas (cada vez que recuerdo aquel día, las dos en casa probándonos ropa para ir a unos quince años… recuerdo cómo ella se me acercó jugando, sus labios suaves y húmedos, como mis braguitas de nylon comenzaban a mojarse sin saber bien por qué, sus pezones tersos queriendo romper su bra, su mano buscando mi entrepierna… pero se eso hablaremos otro día).
Así que esto podría no estar tan mal como parecía… por algo es la profesión más vieja del mundo!
Un cálido beso.
mamita rica como me gustas
Porque te nos fuiste!!! como se te extraña!!!