Divina Perdición: Sobre mi regreso y los tables

Sobre mi regreso aún no tengo claro cómo lo haré. Me estaba planteando irme de teibolera a Saltillo tal vez para ir soltando el óxido, aunque la verdad no se bien que hacer, se me acaba el año y no resloví nada!

Trabajar de teibolera no es tan fácil como parece, para eso se nace o no. Recuerdo mis comienzos, lugares baratos, clientes pedos a todas horas, cuando pasabas por su lado directamente te agarraban las nalgas, o cuando te parabas a su lado los más versados con un arte inimaginable mientras te acariciaban el trasero deslizaban sepa la verga como un dedo sinuoso a la velocidad del rayo que apartaba el hilo de la tanga mientras otro dedo igual de veloz ya te andaba perforando una cavidad.

El esfuerzo es tremendo en esta situación pues digamos que esto se produce cuando el tipo esta calibrando la situación para ver si te haces merecedora del tremendo gasto de una cheve de 30 pesos.

Hay que tirar de agallas para aguantar ciertas situaciones, porque no se me crean que todos son guapos, simpáticos o de perdida van aseados, algunos van tal cual acaban de jalar, ni pinche regaderazo ni nada. Apoco creen que una cheve de 30 pesos de los cuales quince serán para mí, merece la pena por aguantar que me beses, me toques, me intentes meter la lengua babosa en esa boca que no lavas desde la primera comunión?

Todo tiene sus límites, pero en ciertos tables la realidad supera la ficción. Pero lo más grave, que es a lo que voy, es que algunas parecen nacidas para eso. Algunas, van a trabajar solo por pistear, otras, sólo por no quedarse en casa con su mamá y los niños (para que chingados te embarazaste pues, pendeja). Es todo un submundo, pero al final en ese tipo de lugares empatan clientes y chavas de un  mismo perfil, así es la vida.

Nada que ver con los tables de alto nivel, donde algunos clientes te compran botella tras botella, sabiendo que no te la vas a beber, sólo para comprar el tiempo que estará contigo. En ese tipo de lugares, te respetan mucho más, te hacen sentir más mujer, más decente.

Aunque al final acaba siendo lo mismo, y acabarás con 25 años sin ni aproximadamente hacer una cuenta mental de los hombres que te cogiste, sin dinero ahorrado ni nada que te haga pensar que merecio la pena lo que hiciste, mirando hacia atrás y maldiciendo cada vez que te pusiste uñas, extensiones, tratamientos de chocolate, y demás cosas que en su momento sentías imprescindibles y que la realidad te ha demostrado que fue tirar el dinero.

Te sentirás después de una tremenda borrachera de 5-7 años, como si un tren te hubiera pasado por encima, y eso si aún no has comenzado a sufrir las inclemencias de la inevitable cirrosis que noche tras noche te ganaste.

Lo dicho, algunas nacen para trabajar en el table, pero otras, nomas no.