Esa noche, después de la cena mi tío propuso hacer una fogata. Para ello me pidieron a mi el favor de ir hasta la habitación de Joaquín y pedirle prestado un poco de combustible, fósforos especiales para fogatas…en fin, todos los implementos necesarios.
Caminé en medio de la oscuridad de la noche hasta llegar a la habitación del trabajador. Por la ventana veía las luces emitidas por su televisor y supuse entonces que él todavía estaría despierto. Ya por mi mente no pasaban los recuerdos de lo que había hecho más temprano mientras el se duchaba, todo estaba en orden ahora en mi mente y había superado ese momento de confusión.
Me acerqué a la puerta de la forma mas natural y toqué dos veces. A los pocos segundos Joaquín corrió un poco la cortina para ver quien tocaba, le hice una seña con mi mano. Pocos instantes después se abrió la puerta.
JOAQUÍN: A la orden Joven
Joaquín estaba de pie preguntándome con la mayor naturalidad del mundo en que podía ayudarme. Yo, que traté de disimular al máximo, no pude contener una expresión de asombro que volvió a confundirme, al ver a ese hombre luciendo solamente unos pequeños pantaloncillos que bordeaban sus caderas y bajaban para abrazar su verga y formar un bulto bastante pronunciado. Su torso fuerte estaba ahora frente a mi. Pasé la mirada rápidamente por sus pantaloncillos y por sus piernas, volviéndola a subir a sus ojos que esperaban atentos mis instrucciones. Pero, al parecer, Joaquín notó mi gesto de sorpresa y se avergonzó un poco.
JOAQUÍN: Joven que pena con Usted…es que salí rápido a abrirle y pues como no vi a la señora sino solo a usted entonces no me cubrí mas.
YO: No tranquilo Joaquín, no hay problema – le dije recuperándome un poco de mi asombro – vengo porque vamos a hacer una fogata y necesitamos que por favor nos prestes los fósforos, el combustible y lo demás.
JOAQUÍN: Si Joven, pase y siéntese mientras yo le alisto todo.
Entre en su habitación y me acomodé en una silla que estaba en una esquina y que él mismo Joaquín me ofreció. Inmediatamente él se puso a buscar los materiales por todo el recinto y yo lo seguí disimuladamente con mi mirada.
No entendía que me pasaba. Yo que tenía una novia. Yo que desde que tengo uso de razón deseaba con todos los órganos de mi cuerpo a las mujeres. Yo que era tan seguro de todos los aspectos de mi vida, me sentía ahora un poco interesado en ver a un hombre en pantaloncillos. Pero lo que más me llamaba la atención era el bulto que formaba aquella verga que había visto más temprano. Se veía grande, no era nada al lado del bulto normal de mis amigos. Algo me pasaba conmigo. Decidí entonces iniciar una charla con Joaquín.
YO: Practicas algún deporte Joaquín? – pregunté aparentando poco interés en el tema.
JOAQUÍN: No Joven, por qué lo pregunta?
JOAQUÍN: Lo digo porque tienes todos los músculos del cuerpo marcados, como si fueras atleta, o como si lo hubieras sido antes.
JOAQUÍN: No joven, en realidad es el trabajo de aquí de la finca el que lo mantiene a uno en forma.
Joaquín no prestaba mucha atención, seguía recorriendo su habitación en busca de lo que yo necesitaba para la fogata. A los pocos segundos preguntó:
JOAQUÍN: Y usted joven? Es deportista?
YO: Si, practico fútbol todo el día.
JOAQUÍN: Y cuantos años tiene Joven?
YO: 18 y tu?
JOAQUÍN: 24
Joaquín seguía caminando por la habitación en sus sexy pantaloncillos.
YO: Bueno Joaquín y no te aburres aquí todo el tiempo?
JOAQUÍN: Pues…mas o menos… a veces entre semana voy al pueblo, pero mientras están aquí los patrones me toca quedarme.
YO: Y tienes novia en el pueblo?
JOAQUÍN: Si, tengo una noviecita, la veo una vez por semana.
YO: Solo una vez por semana? Y el resto de la semana…?
JOAQUÍN: Pues nada Joven, toca aguantarse jaja.
YO: Ya me vas a decir que te aguantas toda una semana, no te creo, me imagino que además traes amiguitas aquí o no?
JOAQUÍN: Jajaj bueno…pues…no le cuente a sus tíos eso, pero si jaja, si he traído algunas amiguitas. Es que usted sabe…a veces hace falta darse un gustito.
YO: Jaja, si yo entiendo…y no te debe ir mal con las niñas no? Lo digo porque eres alto y tienes los músculos marcados, como te decía ahora…
JOAQUÍN: Jaja Joven, pues ahí trato de conseguir lo que se pueda
A mi me estaba empezando a gustar el tono de la conversación y hubiera querido prolongarla pero Joaquín termino rápidamente de recoger los elementos
necesarios y se acercó donde yo estaba entregándome una bolsa con todo.
Depositó la bolsa en el suelo frente a mi y se sentó en una orilla de la cama, como queriendo continuar la charla.
YO: Oye Joaquín, y aquí en confianza…cuéntame por que no traes a tu novia en lugar de traer a las otras amigas?
JOAQUÍN: Buano…pues si quiere la verdad Joven, usted sabe…las mujeres no son iguales todas y pues…algunas prefieren hacer unas cosas y otras no se dejan.
YO: Como así Joaquín, no entiendo – en realidad estaba confundido
JOAQUÍN: Joven, me da pena contarle esas cosas…jaja – Joaquín sonreía tímidamente.
YO: No para nada Joaquín, dale, dime con confianza que yo no soy un santo…
JOAQUÍN: Bueno… es que a mi me gusta mucho… con las mujeres… algunas poses mas que otras … usted sabe – y Joaquín se quedó un momento en silencio, algo avergonzado, como esperando mi reacción.
YO: Y como cuales…si te puedo preguntar.
JOAQUÍN: Joven…usted alguna vez ha estado con una mujer y…le ha dado por atrás?
YO: Es eso lo que te gusta?…entonces tu novia…
JOAQUÍN:: …mi novia no me deja hacer eso – respondió Joaquín
YO: Jaja, entiendo, entiendo Joaquín. Entonces calmas tus ganas con tus amigas jaja.
JOAQUÍN: Claro Joven! – respondió Joaquín algo mas tranquilo ahora que yo había reaccionado amablemente a su comentario – usted no se las imagina
YO: Jaja, les gusta mucho?
JOAQUÍN: Les encanta – respondió Joaquín interesándose por el tema – les tiene que doler porque se quejan cuando les doy por atrás. pero les gusta porque aquí vuelven jaja
Me gustaba mucho el rumbo que había tomado la conversación. Joaquín ya estaba hablando como el macho que era, el tipo que le gusta someter a las mujeres. Esa forma de hablar iba muy bien con su viril apariencia. Además, verlo sentado frente a mi, en sus pequeños pantaloncillos y hablando de sexo, estaba logrando en mi sensaciones intensas.
Me preguntaba porque me había contado algo tan intimo, es cierto que yo indagué bastante, pero no pensé que fuera a revelar sus secretos sexuales. Imaginé entonces que, dada su soledad, le era bastante placentero encontrar en mi a un amigo con quien conversar un rato.
Las cosas se estaban poniendo muy interesantes, pero en ese momento (y para mi pesar) escuché el grito de mi tío desde la casa, quien me llamaba para que me apresurara.
YO: Ah! Ahí está mi tío gritándome – le dije a Joaquín mientras me ponía de pie – luego seguimos la conversación Joaquín, me tienes que presentar algunas de esas amigas jeje – y me dirigí hacia la puerta pensando que era mejor salir de allí y no despertar alguna sospecha en Joaquín con mis preguntas indiscretas.
Cuando estuve a punto de abrir la puerta de la habitación, Joaquín se puso de pie:
JOAQUÍN: Espere un momento Joven!, es que se me olvidó darle los fósforos para la fogata. Deme un segundo ya se los traigo, los tengo aquí en el baño.
Y Joaquín entro rápidamente al baño para buscarlos. Yo me quede esperándolo donde estaba. Tras unos instantes, se asomó a la puerta del baño y me dijo:
JOAQUÍN: Joven, puede venir un momento, es que las cajas de los fósforos están escritas en ingles y no se cuales son los de fogatas.
Caminé entonces para entrar la baño y escoger los fósforos. Joaquín se quedo de pie bajo el marco de la puerta del baño y con su mano me indicó que siguiera yo primero. Pasé por su lado, la entrada del baño era algo estrecha y nuestros cuerpos se rozaron un poco. Sentí claramente como una de mis piernas rozó el enorme bulto de Joaquín y sentí su calor y su respiración casi sobre mi. Incluso me pareció como si él mismo hubiera propiciado ese encuentro bajo el marco de la puerta, pero decidí no mencionar nada al respecto y pregunte:
YO: Donde están los fósforos?
JOAQUÍN: Allí joven – respondió Joaquín señalando un armario en una esquina del baño. El se quedó de pie bajo de la puerta.
Me acerqué al armario. Estaba de espaldas a Joaquín pero sentía que él me observaba. Rápidamente encontré los fósforos que necesitaba. Camine de nuevo hacia la puerta y me pareció extraño que Joaquín siguiera allí, inmóvil. Decidí no darle importancia y volví a pasar al lado suyo para salir.
En ese momento volvió a darse otro roce como el anterior. Pero esta vez, fue evidente que Joaquín empujó su cuerpo y su bulto hacia mi cuerpo, por mucho que lo hubiera disimulado.
No tuve tiempo de reaccionar cuando sentí su pesada mano en mi hombro, deteniendo mi paso.
JOAQUÍN: Que pena joven – se disculpó Joaquín en un tono nada convincente y mirándome a los ojos. Yo, en cambio, dirigí mi mirada hacia el frente, todo se me hacia muy raro, sentía temor.
YO: Tranquilo Joaquín – respondí para olvidar lo sucedido
Traté de seguir pero él no soltó mi hombro. Volteé a mirarlo como reclamándole con mi mirada y Joaquín me observaba totalmente serio.
JOAQUÍN: Joven, le puedo hacer una pregunta? – sin darme tiempo a responder prosiguió – ¿por que me estaba mirando cuando yo estaba en la ducha más temprano?
En ese momento me puse pálido del miedo y él debió notarlo. Me quedé inmóvil y no fui capaz de mirarlo a los ojos. Joaquín me había descubierto.
JOAQUÍN: Pero tranquilo Joven – se apresuró a decir, aunque en un tono casi de burla.
Después de un breve silencio, y sin soltar todavía mi hombro, me preguntó en voz baja, acercando un poco su boca a mi oído.
JOAQUÍN: que es lo que quería ver?
Ante mi silencio, producto de mi temor, Joaquín tomo mi mano derecha llevándola a su pronunciado bulto y oprimiéndola fuertemente contra este, al tiempo que me preguntaba en un tono algo amenazante.
JOAQUÍN: Esto es lo que quería verme joven?, Ah? – yo permanecía en silencio – Pues ya lo vio… además lo está sintiendo…que le parece? – Joaquín me hablaba a mi oído, en un tono bajo, pero firme – Pero contésteme joven, o es que le tiene miedo de los hombres de verdad, como yo?
Me sentía extraño, debo admitir que había un poco de excitación en mi cuerpo, tenía mi mano sobre la gran verga de Joaquín, no estaba en erección pero se notaba algo despierta. El me hablaba al oído con rudeza y sentía su gran cuerpo casi sobre el mio. Pero también sentía mucho, mucho temor y confusión. Reaccioné con un poco de ira quitándome de encima su brazo y alejándome de él.
YO: Yo mejor me voy Joaquín, yo no se de que estas hablando.
Y Joaquín respondió con absoluta tranquilidad.
JOAQUÍN: Por qué no me espera joven, vamos juntos donde sus tíos y yo les cuento que su sobrino me estaba espiando – y entonces adoptó un tono amenazante – Que el sobrino que tienen es un mariconcito de primera. Que además se le olvido apagar la luz mientras me espiaba y yo me di cuenta de todo.
YO: A mi no me dices marica! – le respondí en un tono severo.
JOAQUÍN: Eso dígaselo a ellos joven
Joaquín me estaba amenazando, no sabia que responderle.
YO: Y que quieres entonces que haga Joaquín, discúlpame…fue algo involuntario…yo no…
JOAQUÍN: Tranquilícese joven – me interrumpió – mejor no hablemos ahora de eso. Vaya, haga la fogata con sus tíos que lo están esperando y cuando terminen y se vayan a dormir usted se viene para acá sin que nadie se de cuenta. Yo aquí lo voy a estar esperando y hablamos del asunto mientras nos tomamos unos tragos.
CONTINUARÁ…